Más sano es tomar un
desayuno completo
Por Diego Leni
Etimológicamente, la palabra
viene del latín “dis-iunare”, que significa “romper el ayuno”.
Es preciso entonces sostener que los beneficios que trae el desayuno son variados.
Entre ellos se encuentra que nos evita
caer en una hipoglucemia, nos recarga de energía desde la mañana e incluso
ayuda a no alterar el orden de la
alimentación entre comidas.
¿Pero entonces que ocurre si por caso
los jóvenes, no desayunan en tiempo y forma?
Más vale tomárselo en serio. Ya que de
no incluirse con normalidad, la invitación a la obesidad está garantizada.
Asimismo nuestra capacidad de concentración, atención y memoria no estarán óptimas.
Por esa razón, apena sentir o ser testigo de aquellos que con la excusa de no llegar
tarde para estudiar o trabajar, terminan tomándolo a las apuradas, de mala gana
y a los tumbos cuando afirman que no es necesario o no es tan importante.
Los especialistas en nutrición,
recomiendan ingerir pan, galletitas y cereales durante la primera del día, pero
lo que no pueden suplir aunque estén a disposición el mate cocido, el jugo, el
té o el café, es el consumo progresivo de los productos lácteos, sobre todo la
leche.
Otros de las cuestiones importantes que
resaltan, es que es un desayuno correcto debe componerse de un lácteo, un
cereal y una fruta. Sin omitir en otro caso que los cereales también pueden ser
las galletitas, el pan y otro, y que si existiera la posibilidad de elegir
entre consumir un jugo de fruta o una fruta sugieren el fruto en estado natural
antes que el zumo, ya que por defecto los jugos comerciales ya que éstos
contienen altas dosis de azúcar.
El desayuno como tal obliga a que lo
tomemos por la mañana debido a que cuando uno se levanta debe reponer las
energías que perdió tras dormir. Lo que significa que estuvo entre ocho y diez
horas sin comer. Aparte, el argumento de peso es que nos mantiene durante las doce
horas siguientes. Y a propósito de ello, es recomendable hablar de los
desayunos de verano que nos aporta vigor para los días de playa o de actividad
deportiva a la luz del intenso sol. Se recomienda un desayuno energético tipo
continental, con huevos, bacon o fiambre, judías, pan tostado, mermelada,
fruta, frutos secos y café o leche con chocolate; uno para proteger la piel
sería un zumo natural de naranja, zanahoria y jengibre, súper revitalizante, o
un bol de fruta a base de papaya, mango y sandía; y como plato opcional si lo
que se busca es cuidar el corazón, todo vale para una porción de pan con tomate
y atún, sardinas o caballa en aceite de oliva.
Para sintetizar, lo primordial a
entender que en caso de que existan jóvenes que no se hallan hecho el hábito de
desayunar, vale educarlos para que ingieran desayunos ligeros a fin de que puedan
acostumbrar sus estómagos y no tengan que lamentar sus consecuencias en un
futuro próximo.
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