miércoles, 27 de noviembre de 2013

Más sano es tomar un desayuno completo



 Por Diego Leni

Etimológicamente, la palabra viene del latín “dis-iunare”, que significa “romper el ayuno”. Es preciso entonces sostener que los beneficios que trae el desayuno son variados. Entre ellos se encuentra  que nos evita caer en una hipoglucemia, nos recarga de energía desde la mañana e incluso ayuda a no alterar el  orden de la alimentación  entre comidas.
¿Pero entonces que ocurre si por caso los jóvenes, no desayunan en tiempo y forma?
Más vale tomárselo en serio. Ya que de no incluirse con normalidad, la invitación a la obesidad está garantizada. Asimismo nuestra capacidad de concentración, atención y memoria no estarán óptimas. Por esa razón, apena sentir o ser testigo de aquellos que con la excusa de no llegar tarde para estudiar o trabajar, terminan tomándolo a las apuradas, de mala gana y a los tumbos cuando afirman que no es necesario o no es tan importante.
Los especialistas en nutrición, recomiendan ingerir pan, galletitas y cereales durante la primera del día, pero lo que no pueden suplir aunque estén a disposición el mate cocido, el jugo, el té o el café, es el consumo progresivo de los productos lácteos, sobre todo la leche.
Otros de las cuestiones importantes que resaltan, es que es un desayuno correcto debe componerse de un lácteo, un cereal y una fruta. Sin omitir en otro caso que los cereales también pueden ser las galletitas, el pan y otro, y que si existiera la posibilidad de elegir entre consumir un jugo de fruta o una fruta sugieren el fruto en estado natural antes que el zumo, ya que por defecto los jugos comerciales ya que éstos contienen altas dosis de azúcar.




El desayuno como tal obliga a que lo tomemos por la mañana debido a que cuando uno se levanta debe reponer las energías que perdió tras dormir. Lo que significa que estuvo entre ocho y diez horas sin comer. Aparte, el argumento de peso es que nos mantiene durante las doce horas siguientes. Y a propósito de ello, es recomendable hablar de los desayunos de verano que nos aporta vigor para los días de playa o de actividad deportiva a la luz del intenso sol. Se recomienda un desayuno energético tipo continental, con huevos, bacon o fiambre, judías, pan tostado, mermelada, fruta, frutos secos y café o leche con chocolate; uno para proteger la piel sería un zumo natural de naranja, zanahoria y jengibre, súper revitalizante, o un bol de fruta a base de papaya, mango y sandía; y como plato opcional si lo que se busca es cuidar el corazón, todo vale para una porción de pan con tomate y atún, sardinas o caballa en aceite de oliva.
Para sintetizar, lo primordial a entender que en caso de que existan jóvenes que no se hallan hecho el hábito de desayunar, vale educarlos para que ingieran desayunos ligeros a fin de que puedan acostumbrar sus estómagos y no tengan que lamentar sus consecuencias en un futuro próximo.


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