La hipertensión
arterial es compañera en los claustros universitarios
Por Diego Leni
El relato de
jóvenes estudiantes universitarios con problemas de hipertensión arterial, es
una realidad. Hay muchos de ellos que la
padecen sin siquiera que se considere cómo llegaron a ser afectados ni que se
contemple que cuidados deben tener en tiempos de actividad académica. Flor de
Mandarina se basó en una investigación, luego de encuestar algunos, sin
importar las carreras que cursan para entender en esencia un poco más como
sortean sus efectos negativos.
Se ha
descubierto que los que son hipertensos deben tomar ciertos recaudos, a fin de
no desestabilizarse emocional ni psicológicamente ni desvariar. Pero aún son
más conscientes los estudiantes universitarios que acarrean sus consecuencias.
Los que con el deber de rendir al máximo, muchas veces se ven en aprietos por no
poder aminorarla eventualmente.
Si bien son
muchos los estudiantes que salen airosos del accionar de la baja presión arterial,
al lograr superarla con la ingesta de alimentos o la infaltable actividad física,
otros en cambio que advierten cómo actúa en ellos desfavorablemente más allá de
demostrarse vigorosos, no consideran que pueda convertirse en un gran inconveniente;
así sea porque ignoran qué medidas tomar para remediarla o bien debido a que no
apelaron a las suficientes.
Flor de Mandarina, se tomó la tarea de
investigar, de recabar información al respecto de cómo los estudiantes
universitarios y sobre todo los ingresantes, resuelven los inconvenientes que
les plantea la discutible llamada enfermedad crónica. Para ello contó con la
colaboración de al menos cinco que la
sufren desde hace tiempo. Es recomendable tomar nota de lo que contestarón, a
partir de siete preguntas que se les efectuó; los resultados son sorprendentes.
En primer lugar,
se les preguntó cómo se habían dado cuenta de que padecían hipertensión arterial.
Y al margen de que unos la notaran tardíamente, anunciaron que se manifestó
mediante mareos, dolores de cabeza frecuentes, síntomas de debilidad o bien
porque se la diagnóstico el médico. Todos coincidieron en que el factor
principal que les conduce a tal malestar se relaciona con el estrés negativo.
A los
estudiantes encuestados también se les consultó acerca de qué medidas
preventivas tomaban para aliviar el malestar y contestaron de modo que sus
razones no hallaran consenso unánime: no fue lo mismo que Macarena dijera que
evitaba el consumo de alimentos con alto contenido de colesterol o bebidas alcohólicas,
a que Javier considerara dormir
mejor, comer productos bajos en sal, e ir al médico con frecuencia; a que por ejemplo
Lautaro no le diera importancia tomar precauciones al alegar que de vez en
cuando le perjudicaba, respecto de Enrique que recientemente la advirtió
después de los 50 años y que de joven producto de practicar deportes, nunca
había sentido la necesidad de chequearla. La prueba de ello, indica que en cada
caso es particular su incidencia en los encuestados mencionados en cuestión,
por citar algunos.
Otra pregunta que
debieron responder dichos estudiantes es, ¿qué alimentos o situaciones
consideraban que la provocaban? Y al igual que en el punto anterior, su
consideración general fue disidente: mientras que para unos fue asociada a un
exceso de consumo de grasas, cafe,huevos, sal o los dulces; otros sintieron que
se debía a las contextos de alboroto, caos social o situaciones de violencia.
Vale obviar si
consultaban al médico, ya que el estudio arrojó que no con la constancia que requerían.
Que desconfiaban de él o que no les daba ganas de visitarlo por su problema de salud.
Salvo en el caso de no poder lidiar con ella y al tener que someterse a
tratamiento mensualmente. Pero lo más importante a saber, es si les afectaba la
hipertensión arterial a la hora de estudiar. Y al final concordaron en que se
les dificulta la labor por causa de un inesperado dolor de cabeza o migraña, o
una inevitable falta de energías. No, si existe el modo de prevenirla.
La pregunta que
puede verse como la frutilla del postre fue, ¿a qué recomendaciones médicas o dietas te has
tenido que sujetar?, tuvo contundentes valoraciones por parte de los encuestados.
Así argumentaron reconociendo que ayunaban cada dos días, que practicaban deportes,
que seguían una dieta o ninguna, y que evitaban situaciones de estrés o
caminaban kilómetros.
De acuerdo a los
resultados finales de las encuestas, Flor de Mandarina consecuente con su abordaje,
llegó a la conclusión de que como consecuencia de padecer hipertensión arterial,
muchos estudiantes universitarios, no son conscientes de lo que implica tomar
medidas para prevenirla o reducir sus efectos. Que por caso, existe mucho desconocimiento,
despreocupación o falta de preparación para hacerle frente.
Entonces es más
factible que sean propensos a enfermarse con asiduidad y que interpreten a su
criterio que no tienen el deber de chequear su estado de salud o acudir al médico.
Que si bien entre ellos se encuentran individuos jóvenes y vigorosos, omiten
que las cargas por las agendas académicas y/o estudiantiles los impulsan a
basarse en una mejor alimentación, un mayor control preciso médico y adquirir
una conducta e imagen acordes a las de un estudiante universitario.
Por lo tanto, el camino para aquellos jóvenes que
cursen carreras en las facultades si sufren de hipertensión arterial, es no
subestimar sus síntomas que pueden conducir a otros problemas de salud, si no
es tratada como corresponde. De lo contrario, ellos habrán desaprobado otra materia,
que todavía está pendiente.
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