miércoles, 27 de noviembre de 2013

La hipertensión arterial es compañera en los claustros universitarios

 Por Diego Leni

El relato de jóvenes estudiantes universitarios con problemas de hipertensión arterial, es una  realidad. Hay muchos de ellos que la padecen sin siquiera que se considere cómo llegaron a ser afectados ni que se contemple que cuidados deben tener en tiempos de actividad académica. Flor de Mandarina se basó en una investigación, luego de encuestar algunos, sin importar las carreras que cursan para entender en esencia un poco más como sortean sus efectos negativos.
Se ha descubierto que los que son hipertensos deben tomar ciertos recaudos, a fin de no desestabilizarse emocional ni psicológicamente ni desvariar. Pero aún son más conscientes los estudiantes universitarios que acarrean sus consecuencias. Los que con el deber de rendir al máximo, muchas veces se ven en aprietos por no poder aminorarla eventualmente.
Si bien son muchos los estudiantes que salen airosos del accionar de la baja presión arterial, al lograr superarla con la ingesta de alimentos o la infaltable actividad física, otros en cambio que advierten cómo actúa en ellos desfavorablemente más allá de demostrarse vigorosos, no consideran que pueda convertirse en un gran inconveniente; así sea porque ignoran qué medidas tomar para remediarla o bien debido a que no apelaron a las suficientes.
 Flor de Mandarina, se tomó la tarea de investigar, de recabar información al respecto de cómo los estudiantes universitarios y sobre todo los ingresantes, resuelven los inconvenientes que les plantea la discutible llamada enfermedad crónica. Para ello contó con la colaboración de al menos cinco  que la sufren desde hace tiempo. Es recomendable tomar nota de lo que contestarón, a partir de siete preguntas que se les efectuó; los resultados son sorprendentes.
En primer lugar, se les preguntó cómo se habían dado cuenta de que padecían hipertensión arterial. Y al margen de que unos la notaran tardíamente, anunciaron que se manifestó mediante mareos, dolores de cabeza frecuentes, síntomas de debilidad o bien porque se la diagnóstico el médico. Todos coincidieron en que el factor principal que les conduce a tal malestar se relaciona con el estrés negativo.
A los estudiantes encuestados también se les consultó acerca de qué medidas preventivas tomaban para aliviar el malestar y contestaron de modo que sus razones no hallaran consenso unánime: no fue lo mismo que Macarena dijera que evitaba el consumo de alimentos con alto contenido de colesterol o bebidas alcohólicas, a que Javier considerara dormir mejor, comer productos bajos en sal, e  ir al médico con frecuencia; a que por ejemplo Lautaro no le diera importancia tomar precauciones al alegar que de vez en cuando le perjudicaba, respecto de Enrique que recientemente la advirtió después de los 50 años y que de joven producto de practicar deportes, nunca había sentido la necesidad de chequearla. La prueba de ello, indica que en cada caso es particular su incidencia en los encuestados mencionados en cuestión, por citar algunos.
Otra pregunta que debieron responder dichos estudiantes es, ¿qué alimentos o situaciones consideraban que la provocaban? Y al igual que en el punto anterior, su consideración general fue disidente: mientras que para unos fue asociada a un exceso de consumo de grasas, cafe,huevos, sal o los dulces; otros sintieron que se debía a las contextos de alboroto, caos social o situaciones de violencia.
Vale obviar si consultaban al médico, ya que el estudio arrojó que no con la constancia que requerían. Que desconfiaban de él o que no les daba ganas de visitarlo por su problema de salud. Salvo en el caso de no poder lidiar con ella y al tener que someterse a tratamiento mensualmente. Pero lo más importante a saber, es si les afectaba la hipertensión arterial a la hora de estudiar. Y al final concordaron en que se les dificulta la labor por causa de un inesperado dolor de cabeza o migraña, o una inevitable falta de energías. No, si existe el modo de prevenirla.
La pregunta que puede verse como la frutilla del postre fue, ¿a qué recomendaciones médicas o dietas te has tenido que sujetar?, tuvo contundentes valoraciones por parte de los encuestados. Así argumentaron reconociendo que ayunaban cada dos días, que practicaban deportes, que seguían una dieta o ninguna, y que evitaban situaciones de estrés o caminaban  kilómetros.
De acuerdo a los resultados finales de las encuestas, Flor de Mandarina consecuente con su abordaje, llegó a la conclusión de que como consecuencia de padecer hipertensión arterial, muchos estudiantes universitarios, no son conscientes de lo que implica tomar medidas para prevenirla o reducir sus efectos. Que por caso, existe mucho desconocimiento, despreocupación o falta de preparación para hacerle frente.
Entonces es más factible que sean propensos a enfermarse con asiduidad y que interpreten a su criterio que no tienen el deber de chequear su estado de salud o acudir al médico. Que si bien entre ellos se encuentran individuos jóvenes y vigorosos, omiten que las cargas por las agendas académicas y/o estudiantiles los impulsan a basarse en una mejor alimentación, un mayor control preciso médico y adquirir una conducta e imagen acordes a las de un estudiante universitario.
Por lo tanto, el camino para aquellos jóvenes que cursen carreras en las facultades si sufren de hipertensión arterial, es no subestimar sus síntomas que pueden conducir a otros problemas de salud, si no es tratada como corresponde. De lo contrario, ellos habrán desaprobado otra materia, que todavía está pendiente.


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